La dirección de la orquesta como arte y oficio es una doble consideración moderna. Al mismo tiempo, ésta actividad ha adquirido en nuestros días un carácter de especialidad tan acentuado que convierte a los directores en auténticos y casi exclusivos profesionales en la materia.
La mayoría de los directores utilizan para dar sus indicaciones, además de gestos, un pequeño palo llamado batuta.
En clase, se puede hablar de forma educativa pero a la vez amena y entretenida, de algunas de las características que debe cumplir un director de orquesta:
La posición inicial es la postura que adopta el director al empezar a dirigir, antes de marcar la anacrusa (el gesto que el director hace para avisar a los músicos lo que viene a continuación en la música) antes de que suene la música. Esta posición tiene que ser natural, relajada y controlada. Que psicológicamente demuestre que se va a hacer lo que el director quiere. Por medio de esta posición concentramos la atención de la orquesta.
Esta posición consiste en poner el cuerpo erguido, sin más tensión de la necesaria, la cabeza levantada mirando al grupo que va a dirigir, las piernas ligeramente separadas para mantener un buen equilibrio, los brazos y antebrazos paralelos al suelo formando un pequeño arco entre el brazo y el antebrazo, las manos siguiendo el paralelismo de los brazos evitando que queden colgando, y los dedos ligeramente curvados en su posición natural. La batuta, cuando se use, será una prolongación del brazo, tiene su propia técnica de apoyo y sujeción. Como es natural, cada director según su constitución, tendrá que buscar su propia posición inicial.
Básicamente ésta es la posición inicial, luego la posición tiene que amoldarse a la música que se va a interpretar. Por ejemplo, la posición inicial en "Sueño de una noche de verano" de Mendelssohn, para reflejar una música que comienza con flautas, muy agudo, subiremos ligeramente la posición inicial. Y lo contrario en "
La "referencia óptica", es el espacio vertical que recorren los brazos (o el tiempo que tardan en recorrer ese espacio) desde que salen de la posición inicial hasta que regresan a ella. Damos una referencia óptica al marcar la anacrusa del principio de una obra y para dar entradas claras y delicadas en el transcurso de ella.
Como podremos comprobar a continuación, los directores de orquesta deben ser claros y precisos para que cualquier persona pueda comprender sus directrices. De esta manera, este director de orquesta famoso, Daniel Barenboim, fue capaz de dirigir al público que había acudido a escuchar a la orquesta. Se trata de un concierto de año nuevo, con la Marcha de Radetzky de Johann Strauss.
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